Seguramente has oído hablar del yoga y te gustaría comenzar a practicar pero te surgen algunas dudas:
¿Cómo hacer yoga en casa por primera vez?
¿Cuales son los ejercicios de yoga para principiantes?
¿Cómo me organizo y creo «mi estudio de yoga» improvisado en casa?
Si has llegado hasta aquí, estás en buenas manos, porque en yoguiyoga.es nos hemos propuesto acercar el yoga a todos aquellas persona que, como tú, quieren empezar a practicar yoga en casa por primera vez.
En primer lugar, déjame que te diga que existen muchos tipos de yoga y definiciones diferentes y, es normal que al empezar a indagar sobre este tema te encuentres ante un mar de dudas.
Normalmente, el yoga, se suele asociar a un conjunto de varias posturas pero, ¿tiene que ver también con meditar, respirar, sentir o filosofar?
La respuesta es: Sí.
Estas son herramientas del yoga que, que se podría definir como el arte de volver a conectar con nosotros mismos y de liberarnos de las ataduras que nuestra mente ha ido construyendo con el paso del tiempo.
Uff que profundo. Pero no te preocupes, según vayas avanzando y entendiendo más sobre esta filosofía milenario verás que todo cobra sentido, te lo prometo 😉
Esta guía de yoga para principiantes te proporcionará información sobre cómo empezar a practicar yoga en casa y poder disfrutar de este camino hacia la salud física, mental y espiritual.
¿Preparado? ¡Pues vamos!

5 Pasos para Practicar Yoga en Casa
Como te decía, existen diferentes tipos de yoga (Hatha, Kundalini, Vinyasa, Iyengar, Bikram… ) y cada persona es un mundo.
Antes de decidirte por un estilo, comienza practicando posturas sueltas, busca más información, mírate vídeos de los diferentes estilos, acude a clases con profes reales, lee… en definitiva, experimenta.
Con el tiempo llegarás a saber cuál es el tipo de yoga que se ajusta más a ti.
Ten en cuenta que, elijas el estilo que elijas, si lo que quieres es practicar yoga en casa por primera vez te aconsejo que sigas los siguientes pasos.
Prepara el espacio y el ambiente

Realiza tu práctica de yoga en un lugar despejado que te transmita calma. Si estás en casa no te debería resultar muy complicado, con pequeños toques, tú mismo puedes ambientar una habitación o un rincón para que transmita cierta serenidad.
Si es de día, quizás puedas abrir las ventanas y disfrutar de un poco de luz natural. Si es de noche, puedes encender alguna lámpara de luz cálida.
Los aromas también pueden ser muy sugestivos, tal vez, te interese explorar como te sientes con el olor de un incienso determinado. No es una mala idea tener un bastoncillo preparado para quemarlo al final de la sesión.
Y no olvides que no es obligatorio el silencio absoluto, un suave hilo musical puede ser adecuado en determinadas ocasiones.
Usa el material adecuado

Aunque se puede practicar yoga (o un “micro-yoga”) en cualquier momento, en cualquier lugar y con lo puesto; es cierto que hay algunas condiciones que le darán mayor confort a tu práctica.
Por ejemplo, es aconsejable vestir ropa cómoda y, siempre que sea posible, estar con los pies descalzos. Esto facilitará el enraizamiento y producirá mayor sensación de libertad.
Además, la elección de la esterilla o mat afectará también a la adherencia y, por lo tanto, a la estabilidad en las posturas.
Por último, considera la utilización del cinturón y de bloques. Te ayudarán, por ejemplo, cuando tengas dificultad para mantenerte en una postura determinada durante cierto tiempo o cuando que se requiera una mayor flexibilidad.
Elige los ejercicios de yoga

Para estructurar tus clases de yoga tendrás que ir paso a paso. Lo más recomendable es que, al inicio, empieces por dedicarle unos minutos a focalizar tu atención en algo conocido, tangible…por ejemplo, ¡tu cuerpo!
Los ejercicios de respiración son una manera ideal de centrar la mente. Observando cómo exhalas e inhalas, estarás poniendo atención en el “aquí” y el “ahora” de tu cuerpo. El ruido externo (todo lo que hiciste y lo que tienes que hacer) irá desapareciendo y estarás preparado para la segunda parte: el calentamiento y las asanas (posturas de yoga).
El saludo al sol es la más famosa de las secuencias de asanas y se puede utilizar como calentamiento (en su versión más fluida) o como contenido de una sesión entera. Si eres principiante, esta segunda opción es la más recomendable ya que, primero, tendrás que aprender y asimilar cómo y en qué orden se realiza cada asana.
Elijas la opción que elijas, intenta dar amplitud a tu cuerpo. Por eso, es interesante que varíes; puedes hacer alguna postura de pie, otra invertido, tumbado o sentado.
▶ Descubre nuestra lista con las 70 Posturas de Yoga más Importantes. ¿A qué esperas para conocerlas todas?
La columna también merece tener protagonismo; experimenta su torsión, alargamiento, estiramiento lateral, flexión y extensión. Y recuerda, la columna es una parte muy delicada de nuestro cuerpo, analiza cuáles son tus límites en este día, a esta hora y respétalos.
Deja tiempo para la meditación

La meditación es una excelente manera de finalizar una sesión de yoga. Un momento de quietud para explorar nuestro interior, relajarnos y aliviar el estrés.
Meditar ayuda a ralentizar la mente y a situarnos en un estado emocional tranquilo. Además, puede llegar a trasladarnos a elevados estados de conciencia y de paz.
Las técnicas de meditación son variadas: relajantes, visualizaciones, centradas en los sentidos o en sonidos. Profundiza en qué es lo que te aporta cada una de ellas.
▶ Si te interesa saber más sobre este tema y no sabes por dónde empezar, aquí tienes nuestra Guía para aprender a meditar en casa.
Asegúrate de que no te interrumpen

Este momento es un regalo para ti, así que disfrútalo al máximo.
Practicar yoga en casa no debería convertirse en motivo de estrés así que intenta programar tu sesión. Es bueno elegir un día en el que no haya mucha sobrecarga de “cosas por hacer” y, sobre todo, asegúrate de desconectar el teléfono y evitar otras distracciones (la televisión, ordenador, radio…).
Practica yoga en casa de forma constante
Estudia cuáles son tus propias necesidades y cuánto tiempo vas a poder dedicarle a la práctica de yoga. Intenta ser realista: no te programes una rutina que no sabes si vas a poder mantener.
Quizás, realizar dos sesiones de una hora y media a la semana (cada una) no sea lo que más encaje con tu estilo de vida… Tal vez, te resulte más cómodo y estimulante dedicarle 20 minutos al día.
Elegir basándote en tus posibilidades y costumbres te ayudará a ser más constante. La constancia te abrirá la puerta a los numerosos beneficios del yoga a largo plazo. Si quieres mejorar y ser más constante, te dejamos este artículo con 5 trucos para conseguirlo.
Y no lo olvides, más allá de en sesiones estructuradas en casa, puedes integrar el yoga en tu día a día… por ejemplo, realizando una profunda inspiración tras una llamada telefónica, una rotación de columna suave y consciente antes de salir a hacer recados o un suave alargamiento mientras terminas un trabajo frente al ordenador.
En el yoga, ¡eliges tú!